Corría de un lado a otro fascinada por la magia del “maestro pompero”, cada vez que éste, introducía aquellas cuerdas en el líquido jabonoso y extendía sus brazos al cielo creando de la nada, multitud de transparencias de ilusión.
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Corría de un lado a otro fascinada por la magia del “maestro pompero”, cada vez que éste, introducía aquellas cuerdas en el líquido jabonoso y extendía sus brazos al cielo creando de la nada, multitud de transparencias de ilusión.
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